domingo, 16 de junio de 2019

FASCISMO Y NA ZISMO

GRADO NOVENO


EL FASCISMO
EL Fascismo es un movimiento político y social que nació en Italia de la mano de Benito Mussolini tras la finalización de la Primera Guerra Mundial. Se trata de un movimiento totalitario y nacionalista, cuya doctrina (y las similares que se desarrollaron en otros países) recibe el nombre de fascista.
Desde 1922 hasta 1943 fue cuando el citado dictador italiano se convirtió en el primer ministro de su país. Fecha aquella última en la que fue depuesto y posteriormente encarcelado, aunque en prisión estuvo muy poco tiempo pues recibió la ayuda de la Alemania nazi para escapar de dicho lugar. No obstante, dos años después, en 1945, finalmente moriría tras ser ejecutado.
El fascismo se propuso como una tercera vía ante las democracias liberales (como la estadounidense) y el socialismo (la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas). Además del régimen de Mussolini en Italia, se califica como fascistas a la Alemania de Adolf Hitler y la España de Francisco Franco.
El fascismo se basa en un Estado todopoderoso que dice encarnar el espíritu del pueblo. La población no debe, por lo tanto, buscar nada fuera del Estado, que está en manos de un partido único. El Estado fascista ejerce su autoridad a través de la violencia, la represión y la propaganda (incluyendo la manipulación del sistema educativo).
El líder fascista es un caudillo que aparece por encima de los hombres comunes. Mussolini se autodenominaba como Il Duce, que deriva del latín Dux (“General”). Se trata de liderazgos mesiánicos y autoritarios, con un poder que se ejerce de manera unilateral y sin ningún tipo de consulta.
Además de todo ello hay que resaltar el hecho de que el Fascismo en Italia llevó a que se desarrollaran y promulgaran las que se dieran en llamar “leyes raciales”. Estas eran un compendio de medidas de discriminación y de persecución hacia todas aquellas personas que fueran o estuvieran en relación con los judíos italianos.
Dicha legislación dio lugar no sólo a que se llegara a hablar de una raza italiana “pura” sino también a que se abrieran campos de concentración donde los judíos eran recluidos, sometidos a trabajos forzosos, objetivos de todo tipo de torturas y abusos e incluso algunos de ellos fueron también asesinados.
En Alemania, el fascismo está asociado al nazismo

El proyecto político del fascismo es instaurar un corporativismo estatal totalitario y una economía dirigista,[] [] mientras su base intelectual plantea una sumisión de la razón a la voluntad y la acción, un nacionalismo fuertemente identitaria con componentes victimistas que conduce a la violencia contra los que se definen como enemigos por un eficaz aparato de propaganda, un componente social interclasista, y una negación a ubicarse en el espectro político (izquierdas o derechas), lo que no impide que habitualmente las corrientes historiográficas marxistas y la ciencia política de extrema izquierda sitúen al fascismo en la extrema derecha y le relacionen con la plutocracia, identificándolo algunas veces como un capitalismo de Estado,[] o bien lo identifique como una variante chovinista del socialismo de Estado[]
El fascismo tiene sus enemigos agrupados en estos tres frentes: el social-comunista, el demoliberal-masónico y el populismo católico.
El concepto de «régimen fascista» puede aplicarse a algunos regímenes políticos totalitarios o autoritarios[] de la Europa de entreguerras y a prácticamente todos los que se impusieron por las potencias del Eje durante su ocupación del continente durante la Segunda Guerra Mundial.
El fascismo es un espacio del totalitarismo en el cual la clase burguesa disfrazaba la democracia para su bien propio, ya que su golpe principal está dirigido contra los comunistas  obreros y demás  organizaciones progresivas 
También se pueden encontrar elementos del fascismo fuera del período de entreguerras, tanto antes como después. Un claro precedente del fascismo fue la organización Action Française (Acción Francesa, 1898), cuyo principal líder fue Charles Maurras; contaba con un ala juvenil violenta llamada los Camelots du Roi y se sustentaba en una ideología ultranacionalista, reaccionaria, fundamentalista católica (aunque Maurras era agnóstico) y antisemita. Con posterioridad a la Segunda Guerra Mundial reaparecieron movimientos políticos minoritarios, en la mayor parte de los casos marginales (denominados neofascistas o neonazis), que reproducen idénticos o similares planteamientos, o que mimetizan su estética y su retórica; a pesar de (o precisamente como reacción a) la intensa demonización a que se sometió a la ideología y a los regímenes fascistas, considerados principales responsables de la guerra que condujo a algunos de los mayores desastres humanos de la historia.


CONSECUENCIAS:
Económicamente: El país concluyó la guerra debilitado, con un industria dañada, con el norte -el más desarrollado- muy afectado por los combates y con una todavía anticuada estructura rural en el resto. El paro y la inflación fueron en constante incremento.
Socialmente: La crisis económica condujo a una notable agitación en los sectores más radicales de la clase obrera, partidarios de tesis revolucionarias del estilo de las desarrolladas por los bolcheviques en Rusia.
PolíticamenteEl nacionalismo italiano se sintió herido al interpretar que Italia había sido maltratada en las negociaciones llevadas a cabo por los vencedores en la Paz de París. Este sentimiento fue hábilmente explotado por Mussolini quien en todo momento hizo alarde de una política de exaltación patriótica.
EL NACISMO:    Nazi es la contracción de la palabra alemana NAtionalsoZIalistische, que significa nacionalsocialista y hace referencia al movimiento Nazista o Nazismo.
La palabra nazi se utiliza para todo lo que se relaciona con el régimen que gobernó Alemania de 1933 a 1945 con la llegada al poder del partido nacionalsocialista, el autoproclamado Tercer Reich y Austria a partir de la Anschluss, así como los demás territorios que lo conformaron (Sudetes, Memel, Danzig y otras tierras en Polonia, Francia, Checoslovaquia, Hungría, Holanda y Dinamarca). La Alemania de este período se conoce como la Alemania nazi.
Fue un término acuñado por el ministro de propaganda del régimen alemán Joseph Goebbels, que lo usó durante uno de sus discursos para referirse a los miembros de su partido, el Nationalsozialistische Deutsche Arbeiterpartei (NSDAP) Partido Nacionalsocialista Alemán de los Trabajadores.
Contexto histórico
EL NAZISMO
 es una ideología que surge en la Alemania de los años 20 pero que no alcanzará importancia hasta los años 30, momento en que las duras condiciones de paz impuestas en el Tratado de Versalles (1919) se juntan con la grave crisis mundial del Jueves Negro en 1929. A nivel mundial, las democracias liberales quedan fuertemente desacreditadas. La situación mundial parecía dar razones a las reivindicaciones obreras tradicionalmente vinculadas al marxismo y socialistas del siglo XIX. La acumulación de la producción llevó a la quiebra de las empresas, despidos masivos de trabajadores y la situación se agrava aún más. En Alemania la situación es más acuciante aún, ya que a los devastadores efectos económicos se sumaba la obligación de pagar el tributo de la derrota en la Primera Guerra Mundial, y el descontento popular ante la injusta situación que hacía que las calles se llenaran de manifestaciones extremistas de toda índole, tanto de izquierda como de derecha.
El nacionalsocialismo identifica en la comunidad judía la antítesis del hombre ario, siempre en lucha con él. De allí deriva teorías acerca de la existencia de una conspiración judía para hacerse con el control mundial. Advierten que muchos de los principales líderes comunistas son también judíos y asimilan ambos conceptos, bolchevismo y judaísmo, en una misma cosa. Los nacionalsocialistas o nazis encontrarán en este colectivo el blanco perfecto de su ira para que el pueblo alemán descargue toda la frustración ante la pésima marcha de la economía.
Los veinticinco puntos del NSDAP no varían desde su creación como Partido Obrero Alemán: expulsar a los judíos, establecimiento y defensa de un cristianismo positivo, gobierno en beneficio del interés general sobre el particular, imponer el orden y acabar con el tratado de Versalles
Una fe ciega en un líder, Hitler, y un enemigo mortal al que echar todas las culpas, a los judíos. Creyentes con una fe inquebrantable en Hitler que, curiosamente, harán notar sus animadversiones hacia sus compañeros de partido compitiendo unos con otros por obtener los favores del führer cuando éste ostente el poder.
El grupo ya hacía tiempo que llevaba forjando todo un mito en torno a la raza aria. Un mito sobre sus orígenes, sobre su fuerza y su vigor y, ante todo, sobre su superioridad respecto a las demás razas.
Tratándose de un gobierno totalitario, otras características típicas son las de presentar un fuerte liderazgo de un caudillo supremo, en este caso Hitler, y por defender un imperialismo visceral que debe llevar a conquistar los pueblos que se consideren inferiores. A la pregunta de qué es el nazismo, muchos alemanes en aquella época respondían: la voluntad del Führer.
Inicio y acceso al poder del nazismo
En 1919, el austríaco Adolf Hitler, se desempeñaba como miembro de las fuerzas militares de Baviera. Como parte de sus funciones le fue encomendado investigar acerca de un naciente movimiento político: el Partido Obrero Alemán. Una vez convencido de sus principios, se unió a dicho partido haciéndose cargo del área de propaganda. Un año más tarde, el partido publicó su programa: Veinticinco puntos entre los que se contaban el rechazo al Tratado de Versalles, la aspiración a la unidad con Austria en la "Gran Alemania" y a un gobierno central fuerte, y la voluntad de reservar a Alemania sólo para los "verdaderos" alemanes.
Este partido no hubiese llegado a más, probablemente, y se demuestra en la gran cantidad de partidos de similares creencias de la época, sin la adhesión de un Hitler idealista y dotado orador, ni sin el apoyo de los poderes económicos y financieros que apoyaron su campaña anticomunista. La agitación comunista en Alemania por aquel tiempo era intensa. Su fuerte carácter pronto lo lleva a capitanear el partido.
Se adoptaba asimismo un nuevo nombre, el de Partido Nacional Socialista Obrero Alemán. Nacía así el partido Nazi, contracción dada por sus detractores, dirigido por el propio Hitler desde 1921.
Tras encabezar un fallido intento de golpe de Estado en 1923, contra la República de Weimar, Hitler es condenado a prisión y recluido en un castillo. Una condena de 5 años, de la que finalmente solo cumplió once meses, le permitió escribir el libro semiautobiográfico Mein Kampf (Mi lucha) que pronto se convierte en el elemento que le faltaba al colectivo, un libro casi sagrado. En él declara firmemente su antisemitismo y su anticomunismo y deja claro que los arios son una raza superior a todas las demás.
El crecimiento del caudal electoral nazi llegaría con la crisis de 1929. Aún sin tener mayoría en el Reichstag (Parlamento alemán), en 1933 Hitler consigue ser llamado por los sectores conservadores para ocupar el cargo de Canciller de Alemania.
De canciller a Führer del III Reich
Una vez en el cargo, Hitler decretó nuevas elecciones en medio de una intensa propaganda nazi.
Muy poco tiempo antes de los comicios, el Reichstag fue incendiado. Entonces Hitler culpó a los comunistas, sugiriendo que el incendio era el comienzo de una revolución y sembró el pánico con el objetivo de un mayor caudal electoral.
Finalmente, las elecciones le otorgaron el control del Parlamento, que poco después aprobaba una ley que establecía una dictadura a través de medios democráticos. La Ley Habilitante era en realidad una serie de herramientas jurídicas que le permitía al Canciller ejecutar todo tipo de actos sin miramiento a los límites legales y constitucionales vigentes cuando fuera necesario para mantener el orden en la república. Comenzaba el Tercer Reich, que la propaganda afirmaba duraría mil años.
Hitler, tras la muerte del Presidente Hindenburg, reunió en su mano todo el poder e impuso desde entonces un gobierno centrado exclusivamente alrededor de su figura, basado en el principio del caudillo o Führerprinzip. Según este principio político, el Führer (Caudillo) quedaba identificado con el pueblo ("Era" el pueblo), y sólo él conocía y representaba el interés nacional.
Así, la voluntad del Führer se transformaba en la ley. La aplicación de este principio resultó en formas totalitarias de control y represión, ya que cualquier oposición a los designios del Führer era, por definición, antinacional.
El régimen que se implantó ejerció un fuerte control sobre cada aspecto de la sociedad, mostrando especial interés en la educación de la juventud alemana. Desde la infancia, se enseña a los niños a ser duros y a sufrir la lucha por ser el más fuerte, seleccionando poco a poco a unos escogidos que irán conformando una nueva élite de guerreros sagrados (la SS) a modo de una nueva Esparta naciente y victoriosa. La ciencia tampoco escapa a la influencia de partido que la utiliza para justificar sus ideas o para buscar nuevas armas para la guerra que se venía preparando.
El poder de Hitler se consolida la noche de los cuchillos largos cuando ordena el asesinato de los principales líderes de las SA, fuerzas de asalto que habían apoyado a los nacionalsocialistas en su ascenso al poder, y el asesinato de su Jefe, Ernst Röhm en 1934.
Persecución y represión
Hitler aplicó de inmediato la represión contra un amplio espectro de ciudadanos: judíos (definidos como enemigos de la nación), comunistas, testigos de Jehová, homosexuales y todo aquello que se opusiera a la estrecha definición nazi de la "nación".
La represión la llevaron adelante prioritariamente la SS, fuerzas paramilitares creadas en 1925 y fortalecidas por el régimen, y la Gestapo, policía secreta nazi que respondía a las SS, y que contaba con una densa red de espías y delatores.
El terror se ejercía de forma directa: por medio de la censura, las agresiones físicas, los arrestos y las detenciones en campos de trabajo.
Propaganda
La propaganda se desarrolló en varias direcciones. Se recurrió a los grandes actos públicos, manifestaciones y desfiles nazis, que escenificaban la grandeza de Hitler y la disciplina impecable de su ejército; se difundieron políticas de bienestar (vacaciones, pensiones, etc.) y se recurrió a los medios de comunicación masiva. Los afiches favorables al régimen nazi y a su política cultural y racial cubrieron las ciudades. Los periódicos y libros fueron sometidos a una estricta censura, y se llevaron a cabo grandes quemas de libros considerados "perniciosos".
El cine sufrió no sólo la censura, sino además la manipulación. Todas las películas debían contener algún mensaje pronazi. El propio estado se ocupó de producir películas documentales de propaganda, utilizando todos los adelantos de la técnica y arte. La radio se convirtió en un medio muy importante para el régimen, ya que permitía que la voz del Führer entrara en los hogares alemanes, del mismo modo que la propaganda nazi.
La propaganda no buscaba sólo fortalecer la fidelidad al régimen o el odio hacia los judíos, sino también difundir formas culturales consideradas propias o saludables para la nación, identificadas con la raza aria. De esta manera, se instaba a los jóvenes sanos a casarse, informándoles previamente de los antecedentes raciales de su pareja, y a procrear familias numerosas. Las mujeres eran alentadas a permanecer en el hogar y a dedicarse a la crianza de los niños.
Los jóvenes fueron un blanco importante para la propaganda nazi. Se crearon instituciones destinadas a la socialización de niños y jóvenes, como las Juventudes Hitlerianas. En ellas los jóvenes recibían una cuidadosa educación física y adoctrinamiento político. La Liga de Muchachas Alemanas formaba a las niñas para sus futuras tareas en el hogar, mientras los niños aprendían destrezas militares. No obstante lo anterior, un gran número de mujeres también hizo parte de las Hitlerjugend.
Uso de la economía como propaganda política
Para Hitler, su régimen había restablecido la "primacía de la política", a la cual debía someterse la economía del Tercer Reich. Así, hasta 1939, las demandas de los industriales (de menores costos) se enfrentaron con la necesidad de la legitimación del régimen, dotando de cierto bienestar a los trabajadores. Las competencias nacionales de destreza en el oficio, o el lanzamiento de Volkswagen -el auto del pueblo- fueron claros ejemplos de esta obra social del Tercer Reich.
Las políticas socialistas de la Alemania nazi sólo pudieron hacerse compatibles con el gasto en armamento a costa de un enorme déficit público (que se acumuló año tras año desde 1933) y de un control de precios y salarios policíaco, que provocó todo tipo de distorsiones e ineficiencias económicas.
Política de higiene racial
Los nazis instauran también el control reproductivo de la sociedad alemana. Es imperiosa la necesidad de crear nuevos arios y de sacar de la circulación aquella que presenten defectos en nombre de la higiene racial, promoviendo la eugenesia y recurriendo a la eutanasia si hacía falta. Así mismo, se buscó la fecundación de todas las alemanas de buena sangre por parte de la élite aria para que poco a poco la raza perdida recupere su esplendor. El resultado de esto fue el establecimiento de los campos Lebensborn en los cuales mujeres de origen ario eran inseminadas con padres seleccionados para la creación de niños racialmente puros.
El nazismo está imbuido de una paranoia racial que le lleva a tejer todo un entramado científico-místico. Por una parte, pretende demostrar mediante la moderna ciencia de la biología, la selección natural de Darwin y las leyes de la herencia de Gregorio Mendel, de modo pseudocientífico la realidad de la raza pura y ,por otro lado, presenta la creencia mística de que esta debe recuperar unos poderes que se le suponen perdidos por los cruces con razas supuestamente degeneradas, como serían los judíos o, en menor medida, los eslavos. En los judíos se centra el mal de males y hacia mediados de la Segunda Guerra Mundial empezarán a ser exterminados en los campos de concentración.
Antisemitismo Nazi
Para Hitler, los comunistas eran enemigos de la nación alemana. Pero había un enemigo mayor aún que se fusionaba con ese y con los otros posibles: los judíos. Partiendo de una concepción racista, desde principios de los años veinte Hitler fue reconstruyendo un estereotipo racial del judío, a partir de las teorías de Walter Darré, Alfred Rosenberg, Spengler (Siglo XX), Houston Stewart Chamberlain y el condé de Gobineau (Siglo XIX).
El judío era el enemigo absoluto que tanto necesitaba el sistema totalitario para la movilización política y social, así como para distraer la opinión pública de los propios problemas.
En 1935, las leyes de Núremberg privaron a los judíos de la ciudadanía alemana y de todo derecho. Se les prohibió el contacto con los arios y se les obligó a portar una identificación. Las leyes afectaban a todos aquellos a quienes el Estado definía racialmente como judíos. Continuaron la violencia y el acoso de las SS y de la policía a los judíos, produciéndose masivas emigraciones.
Luego siguió una segunda fase de expropiación, caracterizada por la "arianización" de bienes, los despidos y los impuestos especiales.
En 1938 se les prohibió a los abogados y médicos judíos el libre ejercicio de sus profesiones y se obligó a que los que tenían nombres de pila no judíos que antepusieran los de "Sara" o "Israel" a los propios.
En noviembre, esgrimiendo como excusa el asesinato de un diplomático alemán en París a manos de un joven judío, fueron atacados por miembros de las SS, en lo que se llamó la "noche de los cristales rotos". El resultado fue de tal magnitud que el mismo Estado hubo de restaurar el orden que el mismo había perturbado.
Los judíos fueron considerados globalmente responsables del ataque y obligados a reparar los daños, a indemnizar al Estado alemán por los destrozos y a entregar el dinero recibido a compañías de seguros. Se los excluyó de la vida económica, se les prohibió el acceso a las universidades, el uso de transportes públicos y el frecuentar lugares públicos como teatros o jardines.
Finalmente, los judíos fueron concentrados en ghettos (barrios especiales donde vivían hacinados) o en campos. A esto seguiría la esclavización y el exterminio durante la guerra. Los campos, inicialmente destinados a la prisión preventiva de "enemigos del estado" (comunistas, por ejemplo), se convirtieron en lugares de trabajo forzoso, para experimentos médicos y para la eliminación física de judíos, testigos de Jehová (conocidos entonces como los Bibelforscher) o "Jehovas Zeugen", gitanos, homosexuales y discapacitados.
Sobre este último punto, hay quienes sostienen la inexistencia del holocausto judío en las proporciones que son comúnmente aceptadas. Los principales expositores del caso son Robert Faurisson, Paul Rassinier y David Irving. El caso más conocido fue el del Commonwealth de Canadá contra Ernst Zundel, ciudadano alemán quien negó el holocausto en su página de internet. Al viajar a Canadá, fue detenido y procesado por difamación contra el pueblo judío. En dicho proceso, Alfred Leuchter, constructor de cámaras de gas para las prisiones de los Estados Unidos realizó un informe en el que concluyó que en la gran mayoría de las cámaras de gas de los campos de concentración de la segunda guerra mundial habría sido imposible gasear masivamente una población, sin embargo, vale la pena aclarar que el informe no niega la existencia del holocausto sino los métodos utilizados para el exterminio del pueblo judío.
Política exterior
El objetivo final de la política exterior nazi era la conquista del Lebensraum o espacio vital alemán. Su imperialismo era a la vez económico y racial. Hitler sostenía que el pueblo elegido (la raza superior) debía disponer de suficiente espacio, definido como una relación entre los recursos (tierras, alimentos) y la población. Su objetivo inmediato eran las tierras de Europa Oriental, pobladas por razas consideradas inferiores.
La política interior totalitaria del Tercer Reich estaba al servicio de su política exterior expansionista. El totalitarismo creaba las bases materiales y psíquicas para la conquista exterior y, al mismo tiempo, los grandes éxitos y la conciencia de la "misión" de la raza distraerían a la población de la represión interna.
Hitler expresó desde un principio su voluntad de rearme a Alemania. Realizado primero en secreto, se hizo público después de 1935 y fue tolerado por las naciones europeas que estaban más preocupadas por el avance del comunismo que el nazismo. La política inglesa y francesa fue la del "apaciguamiento", que consistía en conceder a Hitler aquello que reclamaba y firmar nuevos pactos, apostando con esto a mantener a los nazis bajo control.
Ejércitos mayores y mejores entrenados, producción de barcos de guerra, aviones, tanques y municiones, e investigación de nuevos tipos de armamento, absorbieron crecientes recursos estatales. Por otro lado, el rearme permitió llegar al pleno empleo y dejar atrás la crisis de 1929. Esto reactivó la economía alemana y trajo un nuevo prestigio al reich.
En 1936, las fuerzas militares alemanas reocuparon sorpresivamente Renania. Desde ese momento y hasta 1939, la táctica consistió en ataques justificados por el derecho alemán al Lebensraum, seguido por nuevas promesas de paz.
Al episodio de Renania le siguió la intervención en la guerra civil española y la anexión de Austria en 1938. La semidictadura austríaca intentó en vano impedir la campaña de anexión de los nacionalistas austríacos y dejó finalmente el poder a los alemanes en 1938. Un plebiscito a favor de la "Gran Alemania" confirmó luego la Unión.
El siguiente objetivo fue Checoslovaquia, donde un conflicto con la minoría alemana de los Sudetes le sirvió de excusa para la anexión de la región en 1938. Inglaterra y Francia accedieron a estas pretensiones alemanas por medio de los Acuerdos de Múnich y Checoslovaquia debió ceder. Pero Hitler invadió el resto de Checoslovaquia en 1939. Esto puso de manifiesto su verdadera intención y el fracaso de la política de "apaciguamiento" de Inglaterra y Francia. Cuando, tras firmar un pacto de no agresión con la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), Hitler se lanzó en septiembre de 1939 a invadir Polonia, Francia e Inglaterra le declararon la guerra. Así comenzaba la Segunda Guerra Mundial.
EL FACISMO EN COLOMBIA. Desde la muerte de Simón Bolívar (1830), se enfrentan en una cruenta lucha de clases; una oligarquía latifundista y financiera transnacionalizada apoyada desde ese entonces por el gobierno Norteamericano; contra el 'pueblo trabajador' (concepto manejado por Gramsci en 1921 que incluye tres clases sociales, los obreros, los campesinos y las abundantes capas medias).
Esta lucha de dominación y explotación, se desarrolló hasta el pacto de Benidorm en 1957, bajo la forma de ciclos recurrentes de guerra sectaria bipartidista entre los trabajadores reclutados a la fuerza y adscritos a uno de los dos partidos tradicionales, liberal-conservador, seguida de un pacto de paz para el reparto del presupuesto estatal. En el siglo XIX nueve (9) 'guerras civiles bipartidistas de grandes proporciones y en siglo XX la guerra civil liberal-conservadora no declarada llamada 'violencia', iniciada en 1946 pero generalizada a partir del asesinato del líder de la izquierda liberal Jorge Eliécer Gaitán el 9 de abril de 1948 y cuyo fin se pactó en Benidorm en 1957, con la instauración del Frente Nacional bipartidista. (Fernando Guillen Martínez. Editorial Planeta. Bogotá. 1.996).
Sin embargo, esta última guerra desarrollaría en su interior la toma de conciencia y diferenciación clasista de amplios sectores de los trabajadores del campo y la ciudad colombianos, levantados en armas mediante la forma de guerrillas defensivas de supervivencia.
En junio de 1953 el gobierno 'corporativo' conservador, ejercido por el dictador civil e ideólogo falangista Laureano Gómez, ante la imposibilidad de derrotar militarmente las guerrillas liberales-gaitanistas y comunistas, es reemplazado mediante un golpe militar apoyado por la embajada Norteamericana, por el general Gustavo Rojas Pinilla, quien instaura una dictadura militar abierta. Uno de sus primeros actos de gobierno es proponer una amnistía para los guerrilleros. En los llanos orientales pactan Guadalupe Salcedo y Franco Isasa. En el Magdalena medio Rangel Gómez. En el Sumapaz se desmoviliza Juan de la Cruz Varela y en el Tolima Isaura Yosa y Jacobo Prías Alape. Se acogen también las guerrillas de Urrao y las del rio Sinú. El otro acto de gobierno importante de la dictadura, fue pagar el apoyo brindado con el envío a Corea en 1954, de un importante batallón de militares colombianos, a guerrear bajo órdenes directas de oficiales Norteamericanos.
Uno a uno van cayendo ajusticiados a manos del tenebroso servicio de inteligencia colombiano (SIC), los más importantes jefes guerrilleros desmovilizados. Otros como el dirigente comunista agrario e indígena paéz Isauro Yosa (a. Líster) son encarcelados y enviados al campo de concentración de Cunday en Tolima. Los pocos que pueden se refugian montaña adentro. El llamado 'batallón Colombia' regresa con oficiales altamente entrenados y férreamente adoctrinados en la lucha contra el comunismo internacional, y apoyada por el Ejército Norteamericano, la dictadura militar elabora el Plan para desembarcar 9.000 soldados,
El ejército colombiano la llamó guerra contra-insurgente y sus lineamientos básicos los había establecido en un memorando secreto el famoso Brigadier General William.  Al punto que medio siglo después, en cuanto al objetivo de la eliminación del enemigo interno con el fin de quitarle el agua al pez, se calcula que han sido fusilados o desaparecidos en operaciones encubiertas típicas de este modo de operar, más de 100.000 dirigentes cívicos, populares sindicales, maestros, indígenas, afro descendientes, estudiantes, y en especial más de 4.000 cuadros políticos del partido político de izquierda marxista llamado Unión Patriótica. Sin embargo y a pesar de todo esto, el supremo objetivo para el que fueron creados de ganar para sus creadores la guerra anticomunista en Colombia, aún no se ha podido cumplir y muy por el contrario, el conflicto social y armado continúa avanzando implacable sin solución e incluso agravándose.


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