domingo, 16 de junio de 2019

CIVILIZACIÓN HITITAS


IMPERIO DE LOS HITITAS

Al comenzar II milenio aC., el corazón de Asia Menor (la actual Turquía) verá el nacimiento de uno de los imperios más importantes de la historia antigua. Los hititas, a los cuales le atribuyen importantes avances como por ejemplo ser los primeros en dominar la elaboración de utensilios y armas con hierro, sin duda este elemento les convirtió en uno de los ejércitos más importantes del Mundo Antiguo. Desarrollaron avanzados sistemas de batalla basados en sus célebres carros de guerra, pero también se convirtieron junto a los egipcios en pioneros en el arte del pacto, al acordar entre ambos imperios el conocido tratado de kadesh, el más antiguo de la historia.
Fases de la historia de los hititas.
En tono al año 2.000 aC., una serie de pueblos nómadas comienzan a asentarse en el centro de la Península de Anatolia, que en aquellos momentos estaba habitada por el pueblo de los hatti. Entre los recién llegados destacan los luwitaspalaitas y nesitas, los tres tienen en común el denominado origen indoeuropeo, es decir del amplio espectro de pueblos nómadas que deambulaban por las estepas, desde el subcontinente indio hasta Europa Oriental. Tras dichos asentamientos surgirán las pequeñas ciudades estado tradicionales del Mundo Antiguo, y que en torno al año 1.800 aC., comienzan a entrar en diversos conflictos entre ellas, buscando la supremacía de la zona.
Antiguo Reino, 1750-1500 aC.
Según las fuentes escritas de sus vecinos asirios, Annita, descendiente del pueblo de los nesitas, sometió al resto de los pueblos de la zona para convertirse en el primer rey del Imperio hitita. Si en un principio se convirtieron en vasallos de los asirios, la decadencia de estos últimos, pronto les llevó a convertirse en el poder más fuerte de la zona. Al principio situaron la capital del imperio en Kültepe, territorio de los nesitas, debido a que la capital y principal centro comercial de la zona de los hatti, Hattussa, fue incendiada por el rey Annita.
¿Cómo eran los hititas?
Tras conocer algunos de los detalles más importantes de su historia, no podemos dejar pasar la ocasión para conocerlos un poco mejor. Su conocimiento proviene de las bibliotecas de sus vecinos asirios y egipcios, pero sobre todo de su gran Archivo Real de Boghazköy, hallado en las inmediaciones de su antigua capital Hattussa.
En su estructura política hallamos ciertas diferencias con sus rivales y vecinos, podemos decir que el Imperio hitita era una unión de varios estados apoyados en uno central, que era gobernado por el rey. La figura de este último era la cúspide política del estado, y a pesar de que no la podemos considerar como absolutista, ya que era elegido por la Asamblea de Notables, en la práctica del trascurso de su historia los rasgos clásicos de este tipo de monarquía se fueron acentuando en los monarcas hititas. Se convertían en dirigentes de los ejércitos y en jueces supremos, además tras su muerte eran adorados como un dios más del panteón hitita. Al lado su esposa principal ejercía como reina madre del estado, y por último destacar la figura del joven príncipe heredero elegido por la Asamblea de Notables e incorporado tras la designación a las tareas de gobierno del estado.
La sociedad hitita estaba constituida por familias monógamas, solo los reyes y los altos dignatarios del estado tenían permitido la práctica de la poligamia. La línea hereditaria en las familias era masculina, y a las hijas se les tenía que dotar antes de contraer matrimonio. Destacar que, en una sociedad guerrera como la hitita, era imprescindible el reclutamiento, por lo que entre los hombres, el servicio militar era obligatorio.
La religión de los hititas, como no podía ser de otra forma era politeísta y de tradición mesopotámica. Como en el resto del mundo antiguo, la religión se inmiscuía en la vida política y social del pueblo hitita. Significar que sus principales dioses eran Wurusumu, la diosa solar, y su esposo Teshub, dios de la tempestad. De ambos fue surgiendo el resto de gran panteón de dioses, estos se contabilizaban por cientos. Por todo el imperio se extendió la construcción de grandes lugares de culto, como Yazilikaya cerca de Hatussa. Estos servían a los reyes como escaparte de su supuesto lugar al lado de los dioses. En ellos se celebraban los más diversos festejos y celebraciones religiosas, la más importante, el Purullu, se llevaba a cabo tras el riguroso invierno, a la espera de las grandes lluvias que debían proporcionar esplendidas cosechas.
La escritura como parte esencial del mundo antiguo era practicada por los hititas desde su gestación como sociedad. En los archivos reales de Boghazköy, se han hallado dos formas diferentes de escribir, una más antigua basada en la escritura cuneiforme y una segunda más reciente a partir aproximadamente del Imperio Nuevo basada en los jeroglíficos hititas, por cierto, muy diferentes a los de sus vecinos egipcios. Ambas escrituras les sirvieron para expresarse en diferentes idiomas o dialectos, entre ellos los de sus pueblos de origen, es decir los luwitas o nesitas. En las celebraciones religiosas se usaba una lengua muerta como el sumerio, y en la documentación oficial o correspondencia internacional, la legua por excelencia del Próximo Oriente, la babilónica.
Aportes a la humanidad
El gran aporte o legado de los Hititas en la Historia, es el haber sentado las bases para la diplomacia y las relaciones comerciales internacionales, ya que cuentan en su haber con la magistral elaboración del más antiguo Acuerdo de No Agresión, entre ciudades-estados que lograron aglutinar para la conformación de su imperio. Fueron hábiles diplomáticos, expertos militares que desarrollaron y perfeccionaron el carro de combate para las batallas y guerras de conquista y defensa; además de ser los primeros en el Medio Oriente en dominar la utilización del hierro para la elaboración de armas y artefactos de uso cotidiano.



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