jueves, 26 de septiembre de 2019

PROBLEMAS AMBIENTALES



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PROBLEMAS AMBIENTALES DE COLOMBIA MÁS GRAVES
Los problemas ambientales en Colombia, como la contaminación atmosférica o la elevada deforestación, continúan generando costes elevados en materia de salud y deterioro de recursos ambientales.
Para el año 2014, según el Atlas Global de Justicia Ambiental, Colombia figuró como el país con mayores problemas ambientales de América Latina, algo alarmante tratándose del segundo país en biodiversidad en el mundo tras albergar el 15% de la fauna y flora de la tierra.
problemas ambientales colombia como la mineria ilegalLos principales problemas han sido generados por la contaminación antropogénica, de la cual derivan actividades como la deforestación, el comercio ilegal de fauna y flora, y la caza.
No obstante, han sido las actividades industriales y los fuertes conflictos armados los que a su vez han contribuido a acrecentar la crisis ambiental.
Para marzo del año 2017, las autoridades locales de la ciudad de Medellín se vieron obligadas a comunicar alerta roja por la intensa contaminación atmosférica producto de los gases contaminantes emitidos por los vehículos y las industrias mayoritariamente.
Si bien el gobierno ha implementado diferentes políticas, normativas y estatutos medioambientales con el objetivo de mejorar la calidad ambiental, diversos problemas continúan presentes.
Principales problemas ambientales de Colombia
1- Contaminación atmosférica
Según el Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales, las ciudades con mayores problemas de contaminación atmosférica son Bogotá y Medellín.
Esto es debido a que en ellas se condensan una elevada cantidad de contaminantes provenientes de la industria y el transporte.
En Colombia, este tipo de contaminación es ocasionada mayoritariamente por las industrias manufactureras y las explotaciones mineras, junto a la quema de materiales agropecuarios y los contaminantes de los automóviles.
La urbanizada provincia antioqueña, el Valle de Aburrá, ha sido catalogada también como una de las zonas más contaminadas de Colombia debido a tres principales razones.
En primer lugar, al aumento del parque automotor, puesto que la cantidad de autos aumentó en un 304%, teniendo el 50% del parque automotor más de cincuenta años de antigüedad.
En segundo lugar, la topografía de la zona, puesto que la cuenca en la que se ubica Medellín y otros nueve municipios de Antioquia tiene una profundidad de 1 km y 7 kilómetros de largo, lo que genera que el 58% de la población se concentre en esa zona generando una especie de “olla de presión” contaminante.
Y, por último, la falta de zonas verdes es importante pues existe un déficit de más de 700 árboles.
Actualmente, este tipo de contaminación es uno de los principales problemas pues día a día la calidad del aire disminuye.
2- Contaminación hídrica
Desde el año 2011, el Instituto Nacional de Salud en Colombia reveló que la mitad de los departamentos del país registran aguas contaminadas que se utilizan para el consumo humano.
Una situación alarmante originada porque los principales centros urbanos del interior de Colombia han crecido de forma descontrolada alrededor de cuerpos de agua continentales o marítimos.
Existen pésimas condiciones de saneamiento básico, lo que ha contribuido al vertimiento de aguas residuales y una inadecuada disposición de residuos sólidos que suelen ser transportados por los ríos Magdalena, Cauca, San Juan y Patía principalmente.
A pesar que Colombia es el sexto país con la mayor oferta de agua en el mundo, el Ministerio de Medio Ambiente de Colombia calcula que la mitad de sus recursos hídricos se encuentran contaminados.
Esto se debe a las inadecuadas formas de explotación minera y las actividades agroindustriales donde químicos y pesticidas son arrojados a las aguas.
Hoy día, ciudades como Barranquilla poseen sólo lagunas de oxidación antes del vertimiento de las aguas, y en el caso de Bogotá, se estima que su plan de tratamiento de aguas sólo procesa el 20% de los desechos que produce la población.
Esto se combina con una gran falta de planificación urbana al encontrarse las principales ciudades como Bogotá, Cali, Cuco, Magdalena y Medellín hídricamente colapsadas.
3- Destrucción del Chocó biogeográfico
El Chocó biogeográfico es una zona que incluye territorios de Colombia, Ecuador y Panamá y que alberga más del 10% de la biodiversidad del planeta.
El Chocó ocupa aproximadamente el 2% de la superficie terrestre y es uno de los espacios naturales más ricos del mundo. Sin embargo, una gran variedad de ecosistemas y con ellos el 25% de las especies endémicas del mundo, están siendo destruidas.
En Colombia tiene presencia en los departamentos del Chocó, Valle del Cauca, Cauca, Nariño y en menor proporción Antioquia.
Se encuentra principalmente en peligro debido a las actividades de explotación de recursos naturales y mineros que se han llevado a cabo en la zona, y por la destrucción masiva de árboles y la comercialización ilegal de especies.
Colombia se encuentra llevando a cabo dos proyectos en la zona. Uno respectivo a la construcción del tramo faltante de la carretera Panamericana; y otro, consistente en la construcción de un canal interoceánico.
Todas estas actividades están originando la pérdida del espacio de mayor biodiversidad de Colombia.
4- Elevada deforestación
La tasa de deforestación en Colombia ha alcanzado niveles alarmantes en los últimos años, situación que se ve reflejada en la pérdida de 178.597 hectáreas de bosque en el año 2016.
Dicha tasa aumentó en un 44% en ese año debido a la excesiva praderización, ganadería extensiva, cultivos de uso ilícito, desarrollo de infraestructura vial, extracción de minerales y recursos naturales e incendios forestales.
Lo que es más preocupante es que el 95% de esa tala descontrolada se encuentra concentrada en 7 departamentos del país: Caquetá, Chocó, Meta, Antioquia, norte de Santander, Guaviare y Putumayo correspondiendo el 60,2% al Amazonas.
5- Minería ilegal
Constituye una de las principales amenazas ambientales que enfrenta el país a raíz de la explotación minera de oro a cielo abierto. Se calcula que ya en el 2014, el país tenía más de 78.939 hectáreas afectadas por las redes criminales.
El problema reside en que la actividad ilegal está ocasionando el 46% del daño ecológico en la selva del Chocó, el principal pulmón del país.
Aunado al hecho de que las redes de narcotráfico y grupos armados se han asentado alrededor de las minas ilegales de oro del Chocó, lo que además de destrucción ambiental ha generado violencia y pobreza.
Según la Contraloría General de la República en Colombia, existen más de 30 ríos contaminados por la actividad ilegal minera del oro, y más de 80 contaminados con mercurio.
6- Monocultivos y cultivos ilícitos
Por monocultivos se entiende a grandes extensiones de terreno donde se plantan árboles y otro tipo de plantas de una sola especie únicamente.
Esta situación está generando la pérdida de la biodiversidad y la degradación de suelos en el país colombiano.
En Colombia se está llevando a cabo la siembra ilegal de palma africana en todo el norte del país, lo que está afectando a diversas comunidades a nivel ambiental y humano, pues sus tierras están siendo invadidas y sus derechos humanos violentados.
7- Uso de palma africana en la generación de combustibles
En Colombia se está mezclando el 10% del biodiesel de palma con diésel, lo que está contribuyendo a la escasez de esta importante materia prima local.
A la vez que se está realizando un cultivo intensivo, lo que además de contaminar al medio ambiente ha dañado numerosos hábitats y bosques.
8- Basura
Informes oficiales indican que Colombia generó 9 millones 967 mil toneladas de basura durante el año 2015. El 96.8 % de estos desechos sólidos fueron vertidos en rellenos sanitarios, la mayoría de los cuales está llegando al final de su vida útil.
De las 32.000 toneladas de basura diaria que se producen en el país, apenas se alcanza a reciclar un 17%.
De 147 rellenos que operan en Colombia, 13 funcionan con la licencia de funcionamiento vencida, a otros 20 les queda poco menos de un año de vida útil. Así mismo, 21 rellenos tienen solo de 1 a 3 años de capacidad y a 41 de ellos solo podrán operar entre 3 y 10 años.
En las áreas donde se localizan estos rellenos sanitarios, son evidentes los problemas sociales y de contaminación que se generan, afectando a las comunidades que deben convivir a diario con malos olores y enfermedades.
Otros datos oficiales estiman que cerca del 30% de los residuos sólidos que se producen en más de la mitad de los municipios colombianos son vertidos en rellenos a cielo abierto. Cada habitante en Colombia genera en promedio 0,71 residuos por día. 70% de ellos son materia orgánica.
En las grandes ciudades la situación es mucho más compleja. Solo en Bogotá se generan 2 millones 102 toneladas anuales. En Cali la producción de basura es de 648 mil 193 toneladas, en Medellín 612 mil 644 toneladas, Barranquilla 483 mil 615 t y en Cartagena 391mil.
9- Contaminación sónica
En el país unos 5 millones de personas (11 % de la población total), padecen problemas de audición debido a la exposición permanente a ruidos y otros agentes dañinos para el oído.
Entre la población económicamente activa en edades comprendidas entre 25 y 50 la pérdida de audición por la contaminación sónica y el ruido es de un alarmante 14 %.
En atención a las normas y recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud, en Colombia fue establecido un máximo de 65 decibeles (dB) durante el día y 45 en las noches en zonas residenciales. En las zonas comerciales e industriales el nivel de tolerancia alcanza los 70 dB en el día y 60 dB en la noche.
La contaminación sónica es producida por el transporte terrestre, para el cual no existen normas que regulen el ruido excepto tocar cornetas. Igualmente, el transporte aéreo, el comercio formal e informal, las discotecas y bares, la industria y los paticulares.
10- Salinización de los suelos
La degradación de los suelos por la salinización, es un proceso químico que se produce de forma natural o inducida por el hombre.
Se estima que el 40 % del territorio colombiano, es decir, unas 45 millones de hectáreas, está afectado de alguna manera por la erosión. Un 2,9 por ciento (3,3 millones de ha) padece una erosión severa o muy severa, 16.8 por ciento (19,2 millones de ha) presenta una erosión moderada y 20 por ciento (22,8 millones de ha) una erosión ligera.
En el 2,9 % afectado por la erosión severa no hay posibilidad alguna de fertilidad de la tierra, ni tampoco que esta pueda cumplir sus funciones de regulación y almacenamiento de agua y sea útil a la biodiversidad.
Los departamentos más afectados debido a la degradación por erosión que supera el 70 % son: Cesar, Caldas, Córdoba, Cundinamarca, Santander, La Guajira, Atlántico, Magdalena, Sucre, Tolima, Quindío, Huila y Boyaca.
El Estado colombiano se ha transformado a lo largo de los últimos lustros hacia la dimensión ambiental, en lo relativo a la planificación urbana, para cumplir con los pactos internacionales con los que se ha comprometido. Es posible decir que Colombia cuenta con normas e instituciones de diferente índole que permiten plantear programas y proyectos relacionados con la dimensión ambiental de las problemáticas urbanas enmarcadas en la contradicción conceptual del desarrollo sostenible, que se extrapola aún más si se tiene en cuenta la brecha entre el monto de las inversiones en pro de la sostenibilidad frente a los demás pilares del Plan Nacional de Desarrollo. Por ejemplo, el capítulo “Crecimiento sostenido” acapara más del 50% del presupuesto (Ministerio de Hacienda y Crédito Público, 2011). La dimensión ambiental urbana en Colombia, y en general en todos los ámbitos, está paradójicamente institucionalizada y legislada, en el marco de una política hegemónica que no le da cabida. Esto claramente se refleja en la insuficiencia de los mecanismos de control, así como en el presupuesto dedicado.
La presencia de la dimensión ambiental en las problemáticas urbanas contemporáneas es inminente y su estudio debe hacerse de manera multiescalar, enfocándose en lo local, lo regional y lo global. Las tragedias humanas producidas por fenómenos naturales han evidenciado la necesidad de entender esta dimensión compleja que los estudios geográficos integrados y los avances tecnológicos hacen cada vez más alcanzable. El corpus teórico que la sustenta, dentro del discurso CUADERNOS DE VIVIENDA Y URBANISMO. ISSN 2145-0226. Vol. 4, No. 7, enero-junio 2011: 90-109 106 posmoderno, es ecléctico y su campo de acción es interdisciplinar y da cabida a enfoques cuantitativos, cualitativos o mixtos. En el ámbito académico son valiosos los aportes que se proponen desde la ecología, las ciencias biofísicas, la arquitectura y que repercuten en otros campos, como la economía, el derecho y el ordenamiento territorial. El contexto de la globalización y el discurso neoliberal determinan en varios aspectos la toma de decisiones en relación con la dimensión ambiental urbana. Por un lado, la red global de monopolios localizados en las ciudades globales interconectadas han transformado los territorios locales y generado efectos ambientales evidentes (contaminación del aire, el agua, los suelos, urbanización de suelos productivos, la explotación voraz de la biodiversidad, etc.), relacionados con el crecimiento urbano, la relocalización de la industria, la construcción de “islas y archipiélagos” de las élites y la informalización y crecimiento de la periferia pobre. Por otro lado, las organizaciones supranacionales han influido en la construcción de la institucionalidad y las normativas nacionales como una medida para suavizar los efectos del modelo neoliberal y crear la ilusión de la sustentabilidad del desarrollo. En Colombia existen casos puntuales que han tratado la dimensión ambiental de las problemáticas urbanas a partir de apropiación de la modernización ecológica (Huella Ecológica de Bogotá, CCCS, revisión del Código de Construcción), a partir de la inclusión de temas ambientales en la planeación como una posibilidad de participación ciudadana (Fundación Cerros de Bogotá) y como práctica social organizada desde el Estado y las organizaciones supranacionales (legislación colombiana y firma de acuerdos internacionales). Colombia cuenta con una extensa legislación e institucionalidad, de gran complejidad burocrática, sobre la que pueden apoyarse iniciativas frente a las problemáticas ambientales urbanas desde la sociedad civil, la academia, las organizaciones no gubernamentales y las instituciones estatales. Por lo tanto, promover la sensibilidad y conciencia frente a la dimensión ambiental urbana, dando argumentos científicos, utilizando por ahora al máximo los pocos espacios y recursos económicos que deja el sistema estatal y abriendo nuevos espacios de libre expresión, relacionados con las tecnologías de la información y las comunicaciones, permitirá que los diferentes actores sociales, empezando por la ciudadanía, alcen la voz para alcanzar un cambio de paradigma desde el que se tomen las decisiones más sensatas para que la vida cotidiana sea más confortable y la vida futura sea posible en las áreas urbanas colombianas y en el resto del planeta.


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